El Roller Derby,
una actividad poco conocida, sin embargo es un deporte como
cualquier otro que se encuentra atravesado por la lógica deportiva:
un juego con reglas, donde se juega en igualdad de condiciones entre
los participantes y tiene como principal objetivo la competencia.
Pero esta actividad no queda solo
aquí, en tratar de vencer al otro para ver que equipo es el mejor en
la práctica, sino que también toma otras connotaciones sociales muy
importantes. Es interesante ver como en el Roller Derby se rompen las
fronteras culturales y se ven otras realidades para el juego. Si nos remontamos a sus inicios este surge en Estados Unidos, y luego con
los años va llegando a otros países, así es el caso de Argentina
que comienza en 2001.
Cuando se quiebran estas barreras, se
ve como empiezan a cambiar los diferentes aspectos que marcan el
deporte. Las características económicas en nuestro país son muy
diferentes a las que poseen los norteamericanos. Acá es donde el
Roller Derby aparece no solo como una práctica cultural que sea
competitiva, sino que en Argentina toma otras lógicas, los equipos
tienen a ayudarse entre ellos. Esto se debe a que el deporte necesita
ciertos elementos como: los rollers, rodilleras y cascos que tienen
un valor elevado.
Los diferentes conjuntos realizan
diferentes competencias, para promover el deporte y prestan las cosas
que les hagan falta a las chicas para jugar, acá es donde también se
puede analizar desde la mirada como deporte de inclusión, en donde
se generen diversas relaciones y todos puedan ayudarse entre sí.
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